Poder Mental para la Sexualidad
¿Cuál es el principal órgano sexual en un hombre y en una mujer?
Hay mucha gente que padece de disfunciones sexuales tales como anorgasmia (incapacidad para sentir orgasmos), frigidez, eyaculación precoz o impotencia sexual, por ejemplo. Y en casi todos los casos las causas son las mismas: • Inseguridad y falta de confianza en sí mismo(a). • Sentimientos de culpa. Estos sentimientos pueden provenir de masturbaciones en la adolescencia que se hacían de manera oculta y que generaron culpa o vergüenza. También provienen de tabúes religiosos por enseñanzas que fijan en el inconsciente que el sexo es malo.Las causas de disfunción sexual por deficiencias orgánicas u hormonales se presentan en pocos casos.
El principal órgano sexual es la mente.
Terapia breve y efectiva para superar disfunciones sexuales
La inmensa mayoría se debe a programaciones mentales equivocadas que se fijan en el inconsciente. Y esta programación inconsciente siempre domina a la consciencia. Es decir, aunque ya como persona adulta ha llegado a la conclusión que el sexo no es malo y que merece sentir satisfacción y felicidad en sus relaciones sexuales; y aunque sea capaz de recordar cómo y cuándo se produjeron esos mensajes negativos en su niñez o adolescencia… aún así, no es capaz de expresar su sexualidad como naturalmente debería ser.
¿Por qué? ¡Porque el principal órgano sexual es la mente!
Para superarlo se necesita de una ayuda simple y limpia: enviar al inconsciente mensajes positivos con referencia a la sexualidad, reafirmar a ese nivel que no corresponde sentirse culpable por experiencias sexuales anteriores y dar a este inconsciente instrucciones relacionadas con el merecimiento de la felicidad plena.
En la inmensa mayoría de los casos basta corroborar las causas de la disfunción sexual en los factores que señalamos anteriormente y realizar una hipnosis, que en realidad es una Autohipnosis, para reordenar al inconsciente y reemplazar los antiguos condicionamientos equivocados.
El proceso es como una relajación profunda —un estado muy agradable— en la que se reciben los mensajes. La efectividad está dada por la experiencia en saber qué mensajes dar y cómo se deben construir las frases para que el inconsciente responda.
En pocos casos se podría necesitar algún apoyo de psicología clínica. Y en los menos, como ya indicamos, puede haber causas biológicas que deben solucionarse paralelamente con el especialista que corresponda.