El nivel de lectura predice el riesgo de mortalidad La capacidad de comprender información médica básica augura la probabilidad de fallecer, sobre todo de cáncer y corazón
Una investigación realizada en EE. UU. reveló que las personas que no culminan el bachillerato pierden, potencialmente, hasta nueve años de vida respecto a los compañeros que sí completan sus estudios. Sin embargo, las causas que explican cuál es el efecto del nivel de educación sobre la salud no están del todo claras. Se ha apuntado que una formación más sólida abre la puerta a mejores oportunidades laborales, ingresos, vivienda, alimentación y seguros sanitarios.
Además, se ha comprobado que quien más sabe mejor se cuida. Y es, precisamente, este último aspecto el que, según un nuevo trabajo, puede ayudar a entender por qué la expectativa vital se reduce cuanto menor es el nivel de instrucción.
El estudio publicado en la revista ‘Archives of Internal Medicine’ responsabiliza de esta diferencia a la capacidad de comprensión lectora. Es decir, a la habilidad para leer, procesar y entender información básica sobre la salud y sobre los servicios sanitarios necesarios para tomar decisiones acertadas en este ámbito. Es lo que se denomina nivel de alfabetización en salud.
Salud, trabajo, ausencia de deudas y amor. Una vida que cualquier mortal envidiaría, aunque lo que más llama la atención es que muchos de estos afortunados son infelices. Tenerlo todo no es sinónimo de felicidad. En ocasiones hasta es justo lo contrario. No son pocas las personas que se privan conscientemente de ser felices. Un lujo que no pueden permitirse, ni por educación ni por cultura ni por religión. Es más, muchos de ellos se sienten culpables en el mismo momento en el que experimentan una situación de bienestar, como si se tratase de un pecado capital. Como si socialmente no estuviese bien visto o fuese una reacción egoísta para con los suyos. El mundo debe ser gris para ellos, disfrutar de la vida no está en su hoja de ruta.
Un fenómeno mucho más común de lo que podría parecer que, según ha teorizado la psicoteperauta Marthé Couchevellou, se asienta en el clásico cuestionamiento existencial de ‘quiénes somos’ y ‘adónde vamos’. Un círculo vicioso del que es difícil salir cuando se comprueba que hay otras personas menos afortunadas que uno pero más felices, lo que refuerza el malestar y la frustración por comprobar que el problema somos nosotros, que no sabemos disfrutar de las cosas.
Incapacidad para ser felices
Las raíces en las que se asienta esta “patología”, que nos incapacita para ser felices se remontan mayoritariamente a la infancia. Los niños que han sido educados por padres demasiado exigentes tienen la autoestima baja, se ven condicionados a satisfacer las necesidades de su entorno antes que las suyas propias y, como consecuencia, no fijan el bienestar como horizonte vital, según explica la experta en psicología Isabelle Taubes en Psychologies.
Para ser amados tienen que entregar su vida a los demás. Asimismo, añade Taubes, los “inadaptados crónicos a la felicidad” pueden haber sido educados en un hogar con padres tendientes a la depresión. “Crecen en una atmósfera en la que los padres ven el mundo con gafas oscuras y les trasmiten a sus hijos una visión de la vida en blanco y negro”.
La “adaptación hedonista” como barrera para la felicidad
Todos tenemos derecho a ser felices. Es más, para algunos psicólogos incluso se trata de un deber. De lo contrario, esta inadaptación a la felicidad puede convertirse en una fuente de depresión. Sobre todo cuando se junta con otros síntomas como un sentimiento de vacío existencial, de desánimo y de insomnio.
Nos acostumbramos rápidamente a lo bueno y, como consecuencia, dejamos de disfrutarlo.
Para Couchevellou, la denominada sociedad de la abundancia es un terreno abonado para que se reproduzca este fenómeno. “Hemos heredado de nuestros padres un ideal materialista. Si ellos tuvieron una juventud dura, llena de privaciones e, incluso, hambre, ahora inculcan a sus hijos que la verdadera felicidad es justo lo contrario: el tener sobre el ser, el consumismo y lo material como forma de desarrollo vital”, lamenta la psicoterapeuta. Como consecuencia, cuando se ha logrado todo en la lista (la casa, el vehículo, el perro, el smartphone…) creemos que ya hemos colocado los pilares de la felicidad. Craso error. Se confunde lo accesorio con lo vital.
Estos clichés no ayudan a la autorrealización personal. Se trata de lo que algunos psicoanalistas denominan el complejo de Papá Noel en los adultos: todo el mundo puede tener todo. Una ilusión o pulsión que, a la larga, acaba atrofiando la capacidad para disfrutar de las cosas y de la vida en general. Una disfunción que se denomina “adaptación hedonista”, por la que nos acostumbramos rápidamente a lo bueno y, como consecuencia, dejamos de disfrutarlo.
¿Qué hacer para recuperar felicidad?
Desde la psicología positiva se han desarrollado metodologías para combatir este estado de insatisfacción constante derivado de la “adaptación hedonista”. Evitar las rutinas, salir de la monotonía, diversificar y multiplicar las actividades diarias, mentalizarnos de que podemos perder lo que tenemos para cuidarlo y apreciarlo. Sin embargo, cada uno es diferente y las soluciones universales para alcanzar la felicidad no existen. Debemos de ser nosotros quienes busquemos activamente la felicidad pues nunca nos vendrá regalada por sí misma.
Es conveniente liberarse del pasado y de esos condicionamientos adquiridos que impiden disfrutar la vida. Hay métodos rápidos de reacondicionamiento de la mente para cambiar la perspectiva de la vida.
Sergio Valdivia C.
Audio de reprogramación mental para recuperar recuerdos felices.
Hay muchas situaciones que pueden cambiar favorablemente en tu vida y que no dependen de los demás ni de las circunstancias, sino que dependen solamente de ti, de tu actitud, de tu manera como te relacionas con los hechos que ocurren.Según enfrentes la vida, puedes tener mayor o menor felicidad. ¡Y depende solamente de ti! No tienes que esperar a condiciones especiales de vida ni a tener más o menos tiempo disponible.
Tener buenas relaciones sociales y leer buenos libros lleva a una vida más feliz y mejor. Como sus resultados son a mediano plazo y en esta época se busca la inmediatez, podemos recurrir a otras acciones complementarias.
Aquí te explico brevemente algunos obstáculos que impiden ser felices y disfrutar de los pocos o muchos momentos que tengas de felicidad en el transcurrir de la vida.
1. La rutina. Este obstáculo es el más grande de todos y el que con mucha seguridad nos impide ser felices, cuando tu vida gira en una monotonía, donde ya no existe nada nuevo que contar ni que experimentar es donde perdemos por completo la felicidad, ya nada nos asombra ni estremece nuestro ser, vivimos en un mundo plano.
2. El Miedo. El miedo es un sentimiento que paraliza a las personas, por lo que genera en tu subconsciente un estado permanente de infelicidad, preocuparte de mas no te dará ningún beneficio, por el contrario, no te permitirá disfrutar de lo que estás viviendo en tu presente.
3. No disfrutar. Somos tan incapaces de disfrutar el momento que no vemos la felicidad que tenemos frente a nosotros por estar esperando a que mañana sea un día mejor, que si hoy me regalaron una flor mañana sea un ramo para estar más feliz. Es momento de disfrutar el presente, ser más asertivos en lo que hacemos y en lo que tenemos; no hay momento perfecto, tú lo haces perfecto.
4. Sentirte víctima. Hay personas que viven una vida donde son víctimas de todo lo que les sucede: las frases de «si sólo tuviera» o «si sólo pudiera», son sus mejores aliadas, pero vivir así no es vivir, sólo en ti está el poder de decir sí o no, en tu vida el único culpable de tu infelicidad eres tú, despierta ya, que hay un mundo maravilloso esperándote.
5. El enojo. Vivir enojados con la vida es algo que pasa cotidianamente, si algo no sale bien es porque la vida me trata mal, y como algo pasó que no me favorece entonces me enojo y culpo a otros de lo que me pasa y posiblemente peleo con quien tenga oportunidad, la finalidad es sacar ese coraje y explotar. Pero cuidado, esto no es más que un mal momento y seguro va a pasar, pero si en tu rato de enojo agrediste, insultaste o lastimaste a alguien, ten por seguro que va a quedar en el corazón de esa persona a la que le hiciste un mal día.
6. Reglas. No puedes esperar que el mundo viva de acuerdo como tú quieres vivir, las reglas que tengas en tu vida, no se adaptan a las de todo el mundo, y también es importante respetar las que tengan los demás; no porque vivas infeliz porque algo no te parece, éstas van a desaparecer o a cambiar.
7. Preocuparte de más. Es difícil no preocuparse, porque siempre habrá algo que nos genere este sentimiento, lo importante es no hacerlo de más, trabaja en esas cosas que puedes solucionar, y eso, de lo que estás consciente que no puedes cambiar, elimínalo de tu mente o, por lo menos, haz que no te afecte.
8. El odio. Odiar a alguien es un sentimiento que te afecta directamente a ti, porque posiblemente la persona odiada ni lo sepa, el odio envenena el alma y es un obstáculo que te impedirá la felicidad, si algo te lastimó, dale la responsabilidad a quien le corresponda, limpia tu alma y verás que todo tiene un color diferente.
9. Perdonar. Esta palabra es complicada, ya que no es nada fácil practicarla: podemos olvidar posiblemente, pero perdonar de corazón, no todos lo podemos lograr. Es importante identificar que si no perdonamos de corazón no nos daremos la oportunidad de estar tranquilos y en armonía con nuestro ser, ya que siempre cargaremos esas cosas que nos duelen y lastiman el alma. Hay que intentarlo y si se logra hacer, sin duda un sentimiento de paz invadirá nuestro corazón, estando brillante e irradiando felicidad para dar y recibir.
10. Pesimismo. El pesimismo, al igual que el optimismo, tienen un reflejo similar: las personas que viven con el pesimismo cargando, todo lo ven mal y sienten que sólo a ellas les pasan cosas malas, pero inconscientemente con ese pensamiento tú las estás llamando, si cambiamos los malos pensamientos por buenos, seguramente éstos llegarán, todo está en la manera en la que veamos la vida.
Si quieres cambiar rápidamente el rumbo de tu vida y ser verdaderamente feliz en poco tiempo, actúa rápido y ponte en contacto con el Instituto Internacional Círculo Aleph.