Atrévete a hablar con entusiasmo
El elemento más importante de la comunicación frente a grupos es el entusiasmo. El entusiasmo es el 80 por ciento de la posibilidad de éxito de un conferencista.
La comunicación frente a los auditorios debe tener fondo, pero también forma. Y la mejor forma es hablar con vehemencia, con ánimo, con entusiasmo, con ganas.
¿Con ganas de qué? De vender. De vender lo que está pensando, lo que está planteando.
Hay que hablar con pasión y con sentimiento. Una charla sin sentimiento es una charla mecánica. El sentimiento es aquella parte de mí mismo que le pongo a mi charla.
Hay que dejar ver las emociones. La emoción, la mayoría de las veces, despierta respuestas emocionadas en el auditorio. Hay que hacer que la gente viva la charla y para eso se necesita meterle emoción. Cuando las personas vibran, viven la charla, se emocionan, necesariamente hay éxito.
Hay oradores que tienen cosas muy importantes para decir, pero las dicen sin ánimo, sin entusiasmo, sin brío y, en consecuencia, pierden al auditorio.
Un orador debe hablar con convencimiento, con fuerza, con motivación, con convicción. El orador recibe de lo que da.
El entusiasmo es el elemento determinante en el éxito de un orador. Obviamente, su mensaje también debe ser sólido, interesante, lleno de enseñanzas, pero es imperioso hablar con ánimo y determinación.
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