Este artículo lo escribí hace un tiempo y fue publicado en la Fundación Neuronilla para la Creatividad e Innovación de Madrid, España.
Mediante el sueño podemos tener un contacto con el inconsciente. Por esto es interesante hacerse el hábito de tener un cuaderno al lado de la cama para que, inmediatamente después de despertar, anotar los sueños que se recuerdan. Hay que hacerlo en el momento, ya que si se deja para unos minutos después, los recuerdos del sueño se desvanecerán.
Aquello que soñamos reiterativamente se debe a que hay una ocupación especial de nuestra mente en algún asunto. No siempre es evidente a través del sueño, pues esta actividad onírica emplea el simbolismo. Si te preocupa, por ejemplo, un temor a no ser aceptado en un trabajo o en un grupo social, es posible que en el sueño te veas incapaz de cruzar un puente porque está interrumpido. El puente representará, en este caso, la dificultad que ve tu mente interior para dar un paso importante en tu vida debido a una situación que no está en tus manos cambiarla.
No hay relación directa entre lo soñado y su significado, contrariamente a lo que la literatura dice y a lo que se enseña en algunos cursos. Una imagen, supongamos una serpiente, tiene diversos significados según la persona y la cultura. Lo importante es el significado que para ti en particular tiene. Y esto depende, además, de tu experiencia personal en relación a las serpientes y a los mensajes que tu subconsciente recibió en torno a este concepto (“las serpientes son peligrosas”, “traen mala suerte”, “traen buena suerte”, etc.). Si sueñas con serpientes, por ejemplo, tienes que preguntarte: “qué significado tendrá para mí una serpiente?”.
Símbolo significa «signo de reconocimiento», pues, éste es el sentido exacto de la palabra griega symbolon, del verbo symballo, juntar, reunir; symbolé significa ajuste. El término se refería primitivamente a «un objeto partido en dos del que dos personas conservaban cada una la mitad, y que transmitían a sus hijos. Estas dos mitades reunidas servían para que aquéllos que las llevaran se reconocieran, y para demostrar las relaciones de hospitalidad que habían existido anteriormente.
Las dos partes separadas, una vez reunidas se ajustaban exactamente la una con la otra, para formar de nuevo el objeto primitivo. Es necesario pues que el símbolo sea reunido con su otra mitad natural, para poder constituir «el signo de reconocimiento». Así pues, cuando logras tomar las imágenes de tus sueños y las unes con sus mitades, con sus significados conscientes, tienes el mensaje completo.
El psicoanálisis y los sueños
Según los padres del Psicoanálisis, Fromm, Freud y Jung, quienes representan, respectivamente, posiciones opuestas que, de alguna manera, están contenidas en la asunción psicoanalista general: Freud asume que los sueños son, siempre, la expresión de la parte irracional de nuestra personalidad; su interpretación de los sueños se basa en el mismo principio que fundamenta su teoría psicológica: la consideración de que puede haber impulsos, sentimientos y deseos que motiven nuestros actos sin que tengamos conocimiento de ellos (ya que éstos se dan en el plano del «inconsciente» o ego, sobre el que pesa la censura, tanto del consciente o yo, como la de las normas sociales o superyo). Por tanto, para Freud, los sueños son expresiones de la naturaleza irracional y asocial del ser humano. Jung, por el contrario, considera a los sueños como revelaciones de una sabiduría inconsciente que es anterior al individuo, y que se plasma en los arquetipos o imágenes primordiales, entendidos éstos como la objetivación imaginaria resultante de las estructuras básicas de la psique, las cuales poseen, al igual que las estructuras del lenguaje y el pensamiento lógico, un carácter universal; esto explica —o pretende hacerlo— que en todas las personas exista una tendencia innata a crear determinados símbolos.
Para determinar la naturaleza de los arquetipos, Jung se vale, en un primer momento, de una explicación fundamentada en una analogía explícitamente evolucionista y biologicista para, acto y seguido, hacer hincapié en la necesidad —por parte del investigador— de conocer suficientemente los motivos mitológicos, a la hora de estudiar esos productos inconscientes de la actividad mental humana que son los arquetipos o «remanentes arcaicos de la psique». «Así como el cuerpo humano representa todo un museo de órganos, cada uno con una larga historia de evolución tras de sí, igualmente es de suponer que la mente esté organizada en forma análoga. No puede ser un producto sin historia como no lo es el cuerpo en el que existe. Por ‘historia’ (…) me refiero al desarrollo biológico, prehistórico e inconsciente de la mente del hombre arcaico, cuya psique estaba aún cercana a la del animal. Esa psique inmensamente vieja forma la base de nuestra mente, al igual que gran parte de la estructura de nuestro cuerpo se basa en el modelo anatómico general de los mamíferos.»
Como vemos, son dos posturas extremas las concedidas desde el psicoanálisis al estatuto de los sueños: o bien son expresión de «lo mas bajo» de las profundidades de la psique humana, o bien son manifestación de «lo más alto» y común a todos, esto es, de una «sabiduría interior» universal. Frente a este divergencia, Fromm, hegelianamente, sintetiza y supera los planteamientos de Freud y Jung (en esta cuestión, ya que en otras cuestiones se adhiere abiertamente a Freud), adoptando una perspectiva sincrética en la que los sueños son concebidos como «la expresión de las funciones mentales más bajas e irracionales y también de las más elevadas y valiosas».
Según Fromm, los mitos guardan similitud con los sueños en tanto que ambos participan de un mismo tipo de lenguaje: el lenguaje simbólico. «… Muchos de nuestros sueños son, tanto en su tono como en su contenido, similares a los mitos (…). Claro que pueblos diferentes crean mitos distintos, lo mismo que diferentes personas sueñan distintos sueños. Pero a pesar de las diferencias, todos los mitos y todos los sueños tienen algo en común, y es que todos ellos son ‘escritos’ en el mismo idioma, el lenguaje simbólico (…). Los sueños del hombre antiguo y los del moderno están escritos en el mismo idioma que los mitos cuyos autores vivieron en los albores de la historia.»
«El lenguaje simbólico es un lenguaje en el que las experiencias internas, los sentimientos y los pensamientos, son expresados como si fueran experiencias sensoriales, acontecimientos del mundo exterior. Es un lenguaje que tiene una lógica distinta del idioma convencional que hablamos a diario, un lógica en la que no son espacio y tiempo las categorías dominantes, sino la intensidad y la asociación. Es el único lenguaje universal que elaboró la humanidad, igual para todas las culturas y para toda la historia. Es un lenguaje que tiene su propia gramática y su sintaxis, por así decirlo, un lenguaje que es preciso entender si se quiere conocer el significado de los mitos, los cuentos de hadas y los sueños.»
Con todo, Fromm señala una importante limitación para el estudio de los mitos y los sueños: el dogmatismo de las escuelas psicoanalíticas, que pretenden todas ellas poseer la única explicación auténtica para entender el lenguaje simbólico.
Divagar
Divagar es positivo cuando se hace con cierta planificación, aunque parezca contradictorio decirlo. Si te pasas la vida dejando volar la imaginación sin rumbo, será perjudicial para tu progreso como persona. Pero si destinas un tiempo determinada para dejar ir la mente sin rumbo, puede ser muy productivo. Si tienes alguna dificultad o no encuentras alguna solución, sirve mucho concentrarte en la situación a resolver, buscar todos los antecedentes posibles. Hay un momento en que el camino de la lógica se agota y la mente tiende a seguir siempre por el mismo sendero de búsqueda.
Alguna vez te habrá ocurrido que no encuentras un objeto perdido, que no logras resolver un problema o que no consigues conciliar tu cuenta bancaria. Entonces, cansado, decides continuar más adelante. Cuando retomas la búsqueda, encuentras fácilmente la solución o el objeto perdido. Esto sucede porque rompiste el camino lógico que te hacía buscar una y otra vez por la misma ruta. Dejaste a tu inconsciente trabajar y éste encontró la alternativa correcta.
Por esto, conviene un tiempo después dejar la mente divagar, como un simple espectador que contempla las imágenes que pasan por la imaginación. Pasado unos minutos, recién entonces hay que hacer un esfuerzo por analizar y buscar un significado a las imágenes que se presentaron. Mediante este sistema se resolvieron muchos problemas científicos importantes y se inventaron muchos objetos que hoy son familiares para nosotros.
Sugerencias para dormir mejor
- Tener horas regulares para acostarse.
- Practicar una relajación física. Serenarse emocionalmente.
- No beber ni comer inmediatamente antes.
- Usar pijamas y ropa de cama de fibras naturales.
- Para que el corazón repose mejor eleve el pie de su cama 2 o 3 cm.
- El beber leche tibia, aumenta la serotonina (participa en la inducción del sueño, percepción sensorial, regulación de temperatura corporal), en la sangre y estimulará el centro del sueño en el cerebro.
- Pensar en algo que lo hace feliz, un recuerdo positivo. Nunca pensar en preocupaciones o tareas pendientes.
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Prof. Sergio Valdivia C.
Rector del Instituto Internacional Círculo Aleph