El Estado Alfa es una condición que se conoce desde hace algún tiempo. Para ser más exacto desde el año 1924, cuando el Dr. Hans Berger descubre las ondas cerebrales alfa. Sin embargo, solo hace pocas décadas se han investigado sus favorables efectos para la educación.
Últimamente el Estado Alfa se ha transformado en una floreciente promesa de lograr estados y desarrollos distintos y más completos. Se han generado una serie de investigaciones en relación a ello y éstas han producidos nuevas y novedosas líneas de investigación.
Es conveniente entregar una breve información sobre el estado Alfa y para ello recordamos un poco sobre las ondas cerebrales.
Cuando nos relajamos las ondas cerebrales disminuyen la velocidad hasta una frecuencia menor que llamamos Alfa. Así como las ondas Beta se hallan asociadas con estar en actividad, el estado Alfa se experimenta como sentimientos de bienestar, en particular, de no estar sometido a presión. Si disminuimos la velocidad aun más que en Alfa (debajo de 7Hz) entramos en la onda de longitud Theta, el estado semidormido o de sueño. Cuando estamos en un sueño profundo y sin actividad onírica nuestras ondas cerebrales han disminuido la velocidad hasta 0,5 y 4 Hz, que es la amplitud Delta.
Alfa es el estado de conciencia más agradable. De hecho, ha sido vinculado al estar despierto, aunque en un cuerpo dormido. En otras palabras, una combinación de mente serena, despejada, libre de tensión, y un cuerpo que está totalmente relajado. Es este estado Alfa el que es facilitado por la meditación y que a veces se menciona como el espacio meditativo. Y es en este espacio Alfa que la tensión baja de intensidad, la energía del cuerpo se repone y experimentamos una sensación de individualidad y de bienestar, de estar absolutamente bien con el mundo.
El estado alfa se produce cuando aumentan significativamente las ondas cerebrales con la frecuencia de 7,5 a 14 ciclos por segundo. Cuando «funcionamos» en dicho estado, nos situamos entre la frontera de lo consciente y lo inconsciente. Es la puerta entre ambos estados de conciencia y esto hace al «estado alfa» por tanto un estado muy especial ¿por qué? Porque nos permite, por un lado, seguir teniendo una actividad consciente de nuestro pensamiento y cuerpo, es decir, nos damos cuenta de lo que pensamos y sucede a nuestro alrededor. Y por otro lado, al estar el «ascensor» de la conciencia en los «pisos bajos» de la mente, nos permite acceder a la información y estados propios del subconsciente, pudiendo aprovechar todo el caudal de información que reside en lo subconsciente.
Dicho estado es un «estar a gusto» en paz y felicidad interior, en relajación profunda. Aumenta mucho la capacidad de sugestión y autosugestión, esto es, cualquier cosa que nos sugieran en alfa, será más fácilmente admitida y con menos «filtros» por parte de nuestra racionalidad consciente.
Una persona entrenada puede hacer predominar las ondas alfa. Por ejemplo, dos profesores del Círculo Aleph se prestaron para demostrarlo. Bajo la supervisión de la Televisión Nacional desarrollaron dos experiencias independientes ante periodistas y médicos especialistas. Bajo control encefalográfico, lograron a voluntad emitir ondas alfa, incluso con los ojos abiertos y pese a la abundante perturbación en los recintos donde se llevaron a cabo. Lo realizaron siguiendo estrictamente las pautas enseñadas por Sergio Valdivia, CEO del Instituto Internacional Círculo Aleph.