Hay tres características fundamentales de una persona con alcoholismo:
– Ser incapaz de limitar la cantidad de alcohol que se bebe. – Tener la intención o voluntad de disminuir la cantidad de consumo o haberlo intentado sin éxito. – Dedicar mucho tiempo a beber, a conseguir alcohol o recuperarse del consumo de alcohol.
No obstante, estos tres factores se enlazan con otros comportamientos propios de una persona que tiene un problema de consumo de este estupefaciente.
Una persona con alcoholismo puede tener antojos intensos o ansias de beber; abandonar o limitar las actividades sociales, laborales y pasatiempos para consumir; y en casos más avanzados, poner la seguridad y la salud propia y de otras en riesgo.
Quienes tienen problemas con el alcohol son incapaces de cumplir obligaciones importantes en el trabajo, en la escuela y en el hogar debido al consumo. Sumado a esto, cuando el nivel de consumo es muy alto, a pesar de que las personas tienen conciencia de que este perjudica su vida, no detienen el consumo.
Finalmente, el rasgo más significativo de una persona que está viviendo alcoholismo es cuando se desarrolla tolerancia y abstinencia, el primero quiere decir que se necesitan cantidades más grandes de estupefaciente para sentir su efecto.
Mientras que el segundo se da cuando el consumo de la sustancia se reduce o cesa y se desarrollan síntomas como náuseas, sudor y temblores.
Un consumo riesgoso de alcohol son 5 copas en el caso de los hombres y 4 en las mujeres en dos horas.
La grabación con sesión de PNL para el alcoholismo es una excelente herramienta para prevenir situaciones más avanzadas que requieran tratamientos más complejos.
Puedes potenciar la efectividad de las técnicas de reprogramación mental basadas en hipnosis o Programación Neurolingüística.
Lo ideal es que al practicar tu deporte alcances con facilidad y rapidez el “Estado de Flow”.
El Estado de Flow (o Estado de Fluidez) ocurre cuando estamos tan inmersos en una actividad que parece que el que el tiempo vuela y disfrutamos del placer de cada segundo que pasa. Si alguna vez has experimentado el Estado de Flow, habrás notado que estás tan concentrado o concentrada en aquello que estás haciendo, que te olvidas de lo que ocurre a tu alrededor y no deseas que ese instante acabe.
Al practicar con mi grabación “Activando el Poder Mental para Súper Rendimiento en Deportes” puedes potenciar las siguientes características cognitivas que encierran al estado de Flow:
Claridad de meta.
Feedback inmediato de lo óptimo y eficaz que se está realizando la acción.
Atención focalizada en la tarea.
Balance entre las oportunidades de acción (desafío) y la capacidad de actuar (habilidad).
Exclusión de los contenidos irrelevantes de la consciencia.
Fusión acción-atención o automatismo.
Sentido de control sobre la actividad.
Distorsión en el sentido del tiempo.
Sentimiento de que la actividad es intrínsecamente gratificante.
Como la comida ‘entra por los ojos’, sirva en platos más pequeños, así comerá menos. Solo aumente el tamaño de las porciones de vegetales crudos o al vapor. Es recomendable mezclar verduras de diferentes colores y una porción de proteínas del porte de la palma de la mano (las mujeres). Otro consejo: sirva todo de una vez, si picotea terminará comiendo de más.
2. Comer en compañía
Los especialistas coinciden en que no es una buena idea comer frente al computador o mirando televisión, porque se ingiere en forma automática, rápida e inconsciente. Por el contrario, comer junto a otras personas es una buena conducta alimentaria, porque baja la carga de ansiedad y ayuda a tener más conciencia del momento de saciedad. Aproveche de socializar y compartir, es siempre saludable.
3. El secreto de las bebidas calientes
La ingesta de líquidos genera una saciedad transitoria, y si son calientes esta sensación es aun mayor. Si toma sopas, prefiera las preparadas en casa y evite las deshidratadas o las cremas. Para las fanáticas del té, la recomendación es tomarlo espaciado de las comidas, porque puede interferir en la absorción de algunos nutrientes, como el hierro. Una porción de sopa antes de las comidas y una taza de té entre comidas son buenas ideas para evitar comer en exceso.
4. Tentaciones permitidas
Los snacks son una buena alternativa para evitar atracones de comida. Recuerde que la idea es NO pasar hambre, sino que alimentarse de forma inteligente. Es conveniente tener a mano algunos snacks saludables hipocalóricos y bajos en grasas como barras de cereal cero azúcar, yogur descremado (también sin azúcar), chips de manzana, galletones o galletas especializadas. La jalea diet y bastones de verduras también son una buena alternativa.
5. El llamado del azúcar
El azúcar llama a más azúcar, así que lo mejor que puede hacer para evitar comer de más es mantener un “refrigerador saludable”. ¿Cómo? Llenándolo de alimentos que hacen bien. Las especialistas recomiendan tener huevos, frutas como los berries, jamón, quesillo y jaleas light. Si va a agregar lácteos, estos deben ser diet y sin azúcar. Una buena idea es mantener frutas y verduras listas para comer —lavadas, peladas y picadas—, así no tendrá excusas.
6. Fibra, fibra, ¡fibra!
La fibra debe estar presente ojalá en todas las comidas, a través de panes, cereales integrales, verduras, frutas y legumbres. La razón es mucho más importante que la sensación de saciedad que producen: es el efecto que tiene en el control del colesterol y en mejorar la respuesta de nuestro organismo a la ingesta de azúcar o carbohidratos en general, es decir, disminuye la carga glicémica de un plato. ¿Cuándo consumir fibra? Se puede comer cereales integrales al desayuno o como colación de media mañana o media tarde, y la fibra de las verduras incorporarla en las comidas principales.
7. El ansiolítico natural
¡El deporte! Basta ya con la flojera, este beneficio lo conocemos todos. El ejercicio permanente con rutinas aeróbicas ayuda en la secreción de endorfinas, ansiolítico natural. Si no tiene tiempo para practicar, no invente excusas, toda actividad física sirve, puede subir escaleras y caminar rápido; olvídese del ascensor y el auto algunos días, le hará bien. Además la práctica constante y regular de deporte modela zonas de nuestro cerebro que ayudan a controlar el apetito y la saciedad.
Para que el peso deseado sea algo permanente, es necesario practicar las sesiones de reprogramación mental con regularidad.
Y puede ser necesario también resolver situaciones del pasado que están condicionando el comer en exceso y fortalecer nuevas conductas y maneras de enfrentar la vida para evitar tensiones y estrés por abstenerse de comer como antes. Aquí es fundamental el apoyo de una reprogramación mental personalizada que aborde tu caso en su totalidad.
Se le ha hecho una enorme publicidad al hábito de fumar, tanto en la televisión como el cine; por lo que algunos países resaltan enfáticamente —mediante advertencias de sus ministerios de salud—, las terribles consecuencias de ser un fumador activo. En minutos refrescaremos nuestros conocimientos acerca de los peligros que representa para nuestra salud. Y lo más importante, aportamos con dos ayudas para dejar este hábito definitivamente.
A pesar de que existe una correlación muy alta entre fumar y el cáncer de boca, pulmón, lengua y garganta, es también muy bien conocido —por los especialistas de la salud— que el monóxido de carbono presente en el humo del cigarrillo tiene un efecto nefasto sobre el aparato cardiovascular, relacionándose directamente con la aparición de arterioesclerosis y aumentando las probabilidades de sufrir un infarto fulminante.
Y es que son alrededor de 4.000 sustancias tóxicas las que se introducen de forma voluntaria en el organismo. ¿Crees que no afectará tu salud? ¡Piensa otra vez! Ya que entre los principales componentes del cigarro están el alquitrán, las aminas aromáticas, el arsénico y el benceno, un cuarteto bastante cancerígeno, responsable de mutaciones y alteraciones celulares en cualquiera de las mucosas antes mencionadas, especialmente los alvéolos pulmonares.
Asimismo, el hábito del tabaquismo afecta el sistema nervioso, provocando alteraciones en el estado de alerta y el poder de concentración; por lo que es sumamente peligroso conducir y fumar, ya que las colillas encendidas pueden causar quemaduras o accidentes de tránsito serios.
Ciertamente, la nicotina esclaviza a la persona, convirtiéndose ésta en un títere del cigarrillo y creando una dependencia difícil de superar. Pero la batalla no está perdida, ya que existen estrategias efectivas para dejar de fumar, tales como el uso de parches, chicles, fármacos, terapias conductuales, hipnosis o meditación. ¡Así que sí es posible dejarlo!
Debemos recordar que fumar hace daño a todos por igual, ya que el aire contaminado convierte al que no fuma en fumador pasivo, adquiriendo los mismos riesgos. Por ello, la adicción a fumar quizá sea el hábito más egoísta y perjudicial que jamás haya existido.
El Instituto Internacional Círculo Aleph tiene un curso online muy completo con todas las técnicas probadas y recomendadas para eliminar el hábito de fumar e ir superando la abstinencia del tabaco. También ayuda practicar con el audio de reprogramación mental «Activando el Poder Mental para Tabaquismo» de Sergio Valdivia.
En los últimos años la ciencia ha establecido de manera contundente que el cuerpo se ve afectado por los pensamientos y creencias del individuo. Ya no sólo el estrés como un factor determinante en la salud, sino también el pensamiento positivo y las creencias como capaces de activar una respuesta de sanación, algo que ocurre de manera frecuente con la toma de un placebo. En este sentido la ciencia llega al último a algo que era evidente para la experiencia común o para la sabiduría popular.
Uno de los panoramas más completos de la sanación mente-cuerpo (mind-body healing en inglés) ha sido realizado por la periodista científica Jo Marchant, quien acaba de publicar el libro Cure, en el que no sólo revisa diferentes estudios científicos, sino que entrevista a personas que han experimentado la sanación facilitada por el pensamiento y experimenta ella misma con técnicas y nueva tecnología que está poniendo esto en práctica.
CIRCULO ALEPH tiene para todo el mundo de habla hispana las poderosas grabaciones de Sergio Valdivia «Activando el Poder Mental». Utilice fácilmente el poder de su mente para su salud y para transformar su vida. Más información en este enlace.
Marchant concluye que existe evidencia científica que sustenta el poder de sanación del pensamiento. Ejemplos de esto van desde evidencia de que la hipnosis es altamente efectiva para sanar el síndrome del intestino irritable, estudios que correlacionan la longitud de los telómeros (los extremos de los cromosomas) y el estrés percibido en el paciente o la fascinante capacidad que tiene el juego de realidad virtual Snow World para disminuir el dolor en pacientes que han sufrido severas quemaduras. En este caso, los pacientes utilizan una interfaz de realidad virtual para navegar un paisaje de hielo y realizan algunas acciones como tirar bolas de nieve a pingüinos y hombres de nieve. Al focalizar la atención del cerebro en la nieve se produce una disminución del dolor de entre 15% y 40%, a veces superando lo que logran fuertes analgésicos. Otro caso fascinante es el de las pastillas de placebo que son tomadas sabiendo que son placebo y aún así funcionan.
Lo que convenció a Marchant, sin embargo, de la realidad del efecto mental de sanación, fue encontrar una función evolutiva para la influencia de la mente en la salud: Actualmente existen diversas líneas de investigación que sugieren que nuestra percepción mental del mundo constantemente informa y guía nuestro sistema inmune de una forma que nos permite responder mejor a amenazas futuras. Ese fue el momento «Eureka» para mí en el que la idea de una mente entrelazada con el cuerpo de repente hizo más sentido desde una perspectiva científica.
La respuesta de sanación mediada por el pensamiento parece operar en el sentido contrario que el estrés, el cual está asociado con la tensión mental (la primera opera a través de la relajación). Mientras que sabemos que el estrés tiene la función evolutiva de protegernos del peligro, al colocarnos en el famoso modo «huir o luchar» (el cual es cronificado por amenazas invisibles sostenidas por la creencia de la mente), es menos evidente, desde la perspectiva de la ciencia, la función evolutiva de la propiedad de autosanación que tiene la mente humana. Dice Marchant: Los investigadores actualmente han descubierto que las creencias positivas no sólo funcionan mitigando el estrés. Tienen un efecto positivo también –hacernos sentir sanos y salvos, o creer que las cosas se resolverán positivamente, parece ayudar al cuerpo a preservarse y repararse… El optimismo parece reducir los niveles inflamatorios producidos por hormonas como el cortisol. También parece reducir la susceptibilidad a la enfermedad al reducir la actividad del sistema nervioso simpático y estimular el parasimpático. Este último gobierna lo que se conoce como la respuesta de «descansar y digerir», lo opuesto a la respuesta «huir o luchar».
De aquí podemos inferir algo bastante sencillo, que la mente es la gobernadora o directora del cuerpo y al relajarse y dejar de enviar un exceso de energía a ciertos puntos del cuerpo éstos pueden descansar y repararse de manera natural. Algo que es difícil de determinar actualmente es si la dirección o el énfasis del pensamiento que parece acarrear una cierta energía o al menos un contenido de información que se transduce como un trabajo o una acción corporal —puede, por así decirlo, «colorear» la reacción que se produce, es decir, conlleva una cierta nota cualitativa en su focalización. Esto significaría que la sanación no sólo se produce por la retirada de la tensión mental que inundaba o bloqueaba el funcionamiento de un sistema u órgano específico, sino también por el efecto positivo de un tipo de concentración. En otras palabras, ¿es la ausencia de tensión la que produce los beneficios de salud o existe también una acción positiva capaz de activar una respuesta que no necesariamente existe como consecuencia de la ausencia de estrés?
En primera instancia la medicina moderna no estará dispuesta a aceptar que el pensamiento dirige un flujo de energía de sanación, a lo mucho entenderá el efecto del pensamiento como detonando la secreción de un cóctel de neurotransmiores, ya sean excitatorios o inhibidores (de una manera un poco reduccionista los inhibidores serían los relacionados a una respuesta de sanación). En la medicina china, sin embargo, existe el concepto de «qi», la energía vital de la cual depende el organismo en su totalidad para su buen funcionamiento. A grosso modo el «qi» circula por el cuerpo a través de la sangre —así es como funciona la acupuntura; sin embargo la filosofía taoísta considera que el «qi» puede dirigirse a través de la intención, esto es lo que se conoce en el qi gong como «dao yin», la dirección consciente de la energía (se dice que donde está la atención está la energía).
Marchant apunta a que el pensamiento tiene una función moduladora del sistema inmune, lo cual significa que nuestro sistema de defensa, el cual se extiende por todo el cuerpo (aunque tiene su mayor concentración en la pared intestinal, ligado a nuestra flora intestinal y al llamado «segundo cerebro» o sistema neuroentérico), no es un órgano que funciona de manera automática, sino que es sensible a nuestra percepción del mundo, a nuestra agencia. Nuestra percepción, como también nuestras bacterias, entrenan a este ejército de células y las ponen a punto para desplegar de manera efectiva sus recursos. Una mala percepción sobre un potencial enemigo puede hacer que incendiemos nuestra aldea como estrategia de sobrevivencia para detener que siga avanzando el enemigo, cuando quizás ese enemigo hubiera sido fácilmente detenido en la primera línea de combate.
Quizás estemos en los comienzos de un cambio de paradigma, aunque será difícil superar la presión de las grandes farmacéuticas que determinan los métodos de tratamiento que son validos y que dependen (y la economía con ellas) del constante aumento de enfermos crónicos. Marchant, sin embargo, considera que los datos demuestran que en el caso de algunas condiciones médicas existen métodos de tratamiento menos costosos y problemáticos, con menos efectos secundarios y riesgos de adicción, basados en este principio de sanación cuerpo-mente.
Es fácil notar para cualquiera que investigue la literatura médica o que se observe a sí mismo detenidamente que nuestro estado de ánimo y los estímulos del medio ambiente tienen efectos a nivel celular y son tanto o más importantes para nuestra salud que nuestros genes. El trabajo del profesor de medicina de UCLA Steven Cole va en este sentido. Cole ha notado que el nivel de satisfacción y significado que tenemos en nuestra vida está asociado con el funcionamiento de nuestro sistema inmune: «La vieja forma de pensar era que nuestros cuerpos eran entidades biológicas estables, fundamentalmente separadas del mundo externo… La nueva forma de pensar es que hay mucha más permeabilidad y fluidez… nuestro cuerpo es literalmente producto del ambiente”; con ambiente Cole se refiere a las experiencias que tenemos y la percepción de las mismas. Cole cree que las experiencias positivas son capaces de “remodelar nuestra composición celular«.
El filósofo Manly P. Hall dedicó buena parte de su estudio a entender la relación entre la concentración del pensamiento y la salud del cuerpo o la capacidad del pensamiento de regular las conductas internas y externas del organismo, desde la perspectiva del budismo zen y también desde la medicina alternativa. Según Hall: “Una de las funciones principales de la mente es mantener a bajo nivel la presión o, mejor dicho, no permitir que la presión surja desde un inicio”. La presión, tensión o estrés que coarta la función natural, el crecimiento y el desarrollo físico y espiritual de un individuo. Aquí llegamos a otra «función evolutiva» de la sanación cuerpo-mente, esta vez desde la filosofía y bajo un entendimiento muy distinto. Se trata no sólo de la función evolutiva de este mecanismo de sanación, sino en general de la mente humana, el director de la orquesta. En la visión espiritual de Hall, la labor de la mente es solamente allanar el camino —hacerse a un lado— para que el impulso vital original pueda desarrollarse, siendo el hombre una especie de planta metafísica, cuyo crecimiento hacia planos más sutiles de existencia es igualmente natural y opera bajo las leyes universales de la necesidad. Bajo la perspectiva de Hall, la enfermedad no es más que la manifestación de una desviación de este mismo cauce natural-espiritual de crecimiento, con una función evolutiva también: la de llamarnos la atención a través del dolor y el sufrimiento para obligarnos a corregir y alinearnos con el camino que sigue la naturaleza, alinearnos de alguna forma con el flujo de la energía original que nos atraviesa o con el mismo destino del cual somos portadores.
Evidentemente las ideas de Hall entran dentro de lo que se llama «pseudociencia», pero decidí incluirlas en este artículo (aunque los lectores de una mentalidad estrictamente científica estarán aquí invalidando de facto lo presentado hasta ahora) como un corolario de reflexión, bajo el entendido de que en el caso de la influencia de la mente en las enfermedades y en los procesos de sanación, la ciencia ciertamente no tiene todas las repuestas y se beneficiaría de considerar las más diversas posibilidades, incluso aquellas que ponen en entredicho su paradigma dominante.
De hecho, la evidencia del placebo y de la sanación mente-cuerpo plantea ya serias preguntas al modelo materialista de la ciencia, así que sigamos preguntando sobre cómo la mente afecta el cuerpo y no dejemos de lado la pregunta filosófica de por qué la mente tiene la capacidad de hacer sanar o enfermar un cuerpo. ¿Qué nos dice este «poder» sobre la naturaleza de la materia? ¿Es acaso un signo más de que la conciencia es una propiedad fundamental del universo? Y, por otro lado, reflexionemos sobre qué nos dice esto en su última consecuencia sobre la salud, ¿acaso no mueve la responsabilidad de estar o no enfermo del azar o de la genética al individuo, dueño de sus actos y pensamientos, agente más que paciente?
CIRCULO ALEPH tiene para todo el mundo de habla hispana las poderosas grabaciones de Sergio Valdivia «Activando el Poder Mental». Utilice fácilmente el poder de su mente para su salud y para transformar su vida. Más información en este enlace.
Hay muchos mitos sobre la nutrición y la salud que rondan en internet y aparecen regularmente en libros populares y en medios de comunicación. Uno de los más generalizados, incluso en el mundo de la nutrición basada en plantas, es la idea de que debemos esforzarnos por “alcalinizar nuestros cuerpos” para lograr una salud óptima. El exceso de acidez, como así nos dicen, es la causa raíz de cada enfermedad que se te ocurra, desde el acné hasta el cáncer. Para combatirlo, debemos microgestionar nuestra ingesta de alimentos alcalinos y formadores de ácido, e incluso tomar sustancias alcalinizantes como el bicarbonato de sodio, para hacer que nuestros cuerpos sean más alcalinos.
Para aquellos que han olvidado la química de la escuela secundaria, la acidez y la alcalinidad se miden utilizando la escala de pH, que va de 0 a 14. 0 es altamente ácido; 7 es neutro y 14 es altamente alcalino, también llamado “básico”. La escala de pH también es logarítmica, lo que significa, por ejemplo, que un pH de 3 es 10 veces más ácido que un pH de 4, y un pH de 8 es diez veces más alcalino / básico que un pH de 7.
El mito de que necesitamos “alcalinizar” nuestros cuerpos se basa en un malentendido fundamental de la fisiología humana. La pregunta que siempre hago a los clientes que se han dejado llevar por este mito es: “¿Cúal compartimiento del cuerpo crees que deberías alcalinizar?”.
Seguramente no tu estómago, que funciona correctamente a un pH ácido de cerca de 2, aumentando a 4 o 5 después de una comida. Si el estómago se vuelve menos ácido, absorbemos menos hierro de nuestros alimentos (Jacobs y Miles, 1969).
Tampoco tus intestinos. La acidez del intestino delgado y grueso (excepto la última parte del intestino delgado, que tiene un pH levemente alcalino de 7,4) se mantiene cuidadosamente mediante varias secreciones digestivas y también por microbios intestinales beneficiosos que producen ácido láctico, ácidos grasos de cadena corta y otras sustancias químicas acidificantes de los alimentos que comemos. Este ambiente ácido en realidad previene el crecimiento excesivo de organismos patógenos (que causan enfermedades) (Fallingborg, 1999).
La vagina también mantiene un pH ácido de alrededor de 4,5, gracias a un gran número de bacterias productoras de ácido láctico (Miller, Beasley, Dunn y Archie, 2016).
Este es solo un ejemplo de la importancia de mantener un pH ácido en estos compartimentos del cuerpo: Candida albicans, el hongo que causa la candidiasis cambia a una forma más virulenta y peligrosa en un ambiente neutro a alcalino (Vylkova, et al., 2011). ¡Esperemos que, para este momento, te hayas dado cuenta de que “alcalinizar tu cuerpo” no es necesariamente una buena idea!
La mayoría de las personas que vienen a mí con un diagnóstico de cáncer han leído o escuchado que “el cáncer no puede prosperar en un ambiente alcalino”. Pero las leucemias y los linfomas prosperan en el ambiente alcalino de la sangre y la linfa, que tienen un pH de cerca de 7,4. De hecho, hay reacciones químicas esenciales que sustentan la vida y ocurren en nuestra sangre continuamente, y solo pueden ocurrir en un rango estrecho de niveles de pH. Mantener el nivel de pH correcto es tan importante para nuestra supervivencia que, si cae por debajo de 7,35 o se eleva por encima de 7,45, el cuerpo despliega numerosos mecanismos de defensa (que involucran a proteínas de la sangre, fosfato, bicarbonato y los pulmones y riñones) para restablecer el equilibrio.
Cualquier cosa que sobrecargue esos mecanismos de defensa y haga que la sangre sea demasiado ácida (por debajo de 7) o demasiado alcalina (por encima de 7,7), resultaría rápidamente en la muerte.
La moraleja es que cada compartimiento del cuerpo tiene un rango de pH que es necesario para su función adecuada y que se mantiene cuidadosamente mediante una gama de mecanismos poderosos. Simplemente no puedes “alcalinizar tu cuerpo”, ni deberías esforzarte por hacerlo.
Sin embargo, puedes hacer que sea más fácil para tu cuerpo mantener sus diferentes rangos de pH óptimo al escoger opciones saludables de alimentos y estilo de vida. Por ejemplo, al consumir una alimentación basada en plantas sin procesar, rica en fibra y almidón resistente de verduras, frutas, legumbres y cereales de grano entero, le proporcionarás a tu microbioma intestinal los carbohidratos necesarios para producir ácidos grasos de cadena corta, que ayudan a mantener un pH óptimo en el colon.
Para ayudar a mantener un pH óptimo en la vagina (y, por lo tanto, prevenir la candidiasis), puedes evitar el uso de píldoras anticonceptivas orales y ciertos tipos de DIU (Kandil, Hassanein, El-tagi, & El-shirbini, 1983).
Y para ayudar a mantener el pH óptimo del torrente sanguíneo, puedes elegir una alimentación rica en alimentos alcalinos, como los vegetales (especialmente los de hojas verde) y las frutas, y limitar o eliminar los alimentos altamente formadores de ácido como el queso, la carne, el pollo y el pescado. Solo no imagines que estás “alcalinizando tu sangre”, al hacer esto. Simplemente estás quitando la carga de todos esos mecanismos de defensa que tendrían que trabajar más para mantener un pH óptimo si tu alimentación fuera alta en alimentos formadores de ácido. Y esto tiene considerables beneficios para la salud, incluyendo un riesgo reducido de enfermedad renal (Mirmiran, Yuzbashian y Bahadoran, 2016).
Así que adelante, llena tu plato o tazón con frutas y verduras que promuevan la salud —son beneficiosas para casi todos los elementos de la salud física y mental—, pero por el amor de Dios, no caigas en la noción de que estás “alcalinizando tu cuerpo”. Tu cuerpo mantendrá todos sus sistemas a niveles óptimos de pH automáticamente, sin intervención consciente.
Hay miles de científicos en todo el mundo, de diversas especialidades, que estudian la calidad de vida y la longevidad en la especie humana. Sus conclusiones son ya sólidas y abundantes.
El ser humano puede vivir muchos más años que el promedio actual. Se piensa que puede vivir 120 o 140 años.
Se sabe cuáles son las causas que impiden esta vida más larga. También se considera que una persona puede empezar a cualquier edad un plan para mejorar y alargar su vida.
Fallingborg, J. (1999). Intraluminal pH of the human gastrointestinal tract. Danish Medical Bulletin, 46(3), 183-196.
Jacobs, A., & Miles, P. (1969). Role of gastric acid in iron absorption. Gut, 10, 226-229.
Kandil, O., Hassanein, M., E.-t. A., & El-shirbini, M. (1983). Vaginal pH effects caused by OCs and various copper and inert IUDs. Contraceptive Delivery Systems, 3(187-193), 4.
Miller, E., Beasley, D., Dunn, R., & Archie, E. (2016). Lactobacilli dominance and vaginal pH: Why is the human vaginal microbiome unique? Frontiers in Microbiology, 7, 1936.
Mirmiran, P., Yuzbashian, E., & Bahadoran, Z. A. (2016). Dietary acid-base load and risk of chronic kidney disease in adults: Tehran Lipid and Glucose Study. Iranian Journal of Kidney Diseases, 3(119-125), 10.
Vylkova, S., Carman, A., Danhof, H., Collette, J., Zhou, H., & Lorenz, M. (2011). The fungal pathogen Candida albicans autoinduces hyphal morphogenesis by raising extracellular pH. mBio, 3(e00055-11), 2.
Las dietas no sirven para bajar de peso. Cualquiera de ellas es una situación artificial y temporal. Tal vez la persona elimine líquidos, elimine tejido muscular o algo de grasa mientras se mantenga en la dieta. Pero luego que termine con ella, y no podrá seguir mucho tiempo, volverá a recuperar el peso perdido.
Y muchas veces, aumentará más todavía.
Solamente se podrá ir bajando de peso en la medida que los hábitos vayan cambiando. No hay fuerza más poderosa que los hábitos. Si una persona se acostumbra a comer en exceso o a hacer poco ejercicio, por inercia tendrá a mantener esta actitud. Por ello, la dieta sólo podrá durar un tiempo y luego recuperará sus costumbres. La solución definitiva es reemplazar esos hábitos por nuevos, tener una nueva forma de alimentarse, definitiva y no una dieta milagrosa. Y hacer mayor ejercicio físico.
Entonces muchas personas compran máquinas para hacer ejercicio y ¿dónde terminan después de un tiempo? Hay varias respuestas: en el desván, como mesa auxiliar, colgador de ropa, portamaceteros, etc.
El subconsciente siempre es más poderoso que el consciente. Y mientras se tenga en el fondo de la mente una programación equivocada y una imagen de persona con exceso de kilos o, pero aún, de una persona que fracasa en sus intentos, no habrá resultados favorables. Es necesario modificar desde allí el programa. Grabar en el subconsciente un nuevo mensaje, una nueva programación.
Los hábitos alimenticios y la forma de vida dependen muy poco de la voluntad. Dependen del programa que se tenga en el subconsciente. De modo que modificándolo, automáticamente comenzará a gustarle una nueva forma de nutrirse y una nueva forma de vida. Sin esfuerzo, sacrificios ni dietas.
Hay muchos sistemas para reprogramar el fondo de la mente, pero sin duda el más rápido y efectivo es la hipnosis o la autohipnosis. También es rápido el uso de la Programación Neurolingüística (PNL).
Bajar de peso es muy fácil en un aspecto y muy difícil en otro.Seguramente conoce los procedimientos esenciales para bajar de peso definitivamente: Gastar más energía de la que se consume. ¡¡¡Vea por qué los sistemas para bajar de peso no le han resultado hasta ahora!!!