Hay tres características fundamentales de una persona con alcoholismo:
– Ser incapaz de limitar la cantidad de alcohol que se bebe.
– Tener la intención o voluntad de disminuir la cantidad de consumo o haberlo intentado sin éxito.
– Dedicar mucho tiempo a beber, a conseguir alcohol o recuperarse del consumo de alcohol.
No obstante, estos tres factores se enlazan con otros comportamientos propios de una persona que tiene un problema de consumo de este estupefaciente.
Una persona con alcoholismo puede tener antojos intensos o ansias de beber; abandonar o limitar las actividades sociales, laborales y pasatiempos para consumir; y en casos más avanzados, poner la seguridad y la salud propia y de otras en riesgo.
Quienes tienen problemas con el alcohol son incapaces de cumplir obligaciones importantes en el trabajo, en la escuela y en el hogar debido al consumo. Sumado a esto, cuando el nivel de consumo es muy alto, a pesar de que las personas tienen conciencia de que este perjudica su vida, no detienen el consumo.
Finalmente, el rasgo más significativo de una persona que está viviendo alcoholismo es cuando se desarrolla tolerancia y abstinencia, el primero quiere decir que se necesitan cantidades más grandes de estupefaciente para sentir su efecto.
Mientras que el segundo se da cuando el consumo de la sustancia se reduce o cesa y se desarrollan síntomas como náuseas, sudor y temblores.
Un consumo riesgoso de alcohol son 5 copas en el caso de los hombres y 4 en las mujeres en dos horas.
La grabación con sesión de PNL para el alcoholismo es una excelente herramienta para prevenir situaciones más avanzadas que requieran tratamientos más complejos.